top of page
Buscar

Condenan por estafa a la regente del club "Zafiro"

  • El Correo
  • 29 feb 2016
  • 3 Min. de lectura

La Audiencia Provincial da la razón a un cliente que denunció el cobro indebido de 1.805€ por "servicios con señoritas"

Contrató un servicio de 750 euros y le cobraron 1.805 a través de su tarjeta de crédito. Denunció lo ocurrido y los tribunales le han dado la razón. El caso no sería tan llamativo si el lugar en el que se produjo «el delito de estafa», reconocido por el juzgado de lo penal número 1 de Barakaldo y ratificado por la Audiencia Provincial de Bizkaia el pasado 28 de enero, no hubiera sido «el club de alterne Zafiro», en el polígono Aurrera de Trapagaran, y si el denunciante no hubiera contratado «servicios con señoritas», como recoge el texto de la sentencia. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 1 junio de 2013 y la condenada, A.M.N., regente del establecimiento y de origen brasileño, ha sido penada con nueve meses de prisión y la obligación de indemnizar a la víctima con 1.055 euros por los perjuicios ocasionados. Ahora, el cliente ha hecho público este caso para alertar a otros usuarios del local.

«Yo paso vergüenza, como todos, aunque al cabo de seis meses conocí a otro cliente al que le habían estafado una semana después en el mismo club», defiende el hombre, que está soltero. Este hecho, reconoce, le ha permitido llevar adelante la denuncia. «Yo entré aquella noche a tomar algo. Conocí a una chica y dije, vamos a subir. Arriba estaba la ‘mami’, que es la persona que se encarga de cobrar y de asignar las habitaciones. Lógicamente le entregas la tarjeta, ella utiliza el datáfono, marcas el importe, que era 125 euros por hora, y entras en la habitación», describió. Al cabo de un rato, otra de las chicas con las que había hablado en la planta inferior se metió también en la habitación. «Eso está prohibido. Normalmente, si quieres coger otra mujer tienes que bajar. Esta se metió y me empezó a camelar: ‘Oye, que no tengo trabajo, que no tengo trabajo’. Le dije, bueno, pues quédate un ratito más. Al final se prolongó la fiesta y estuve tres horas con dos mujeres», admitió.

Al día siguiente, el denunciante, que asegura no consumir alcohol, comprobó el extracto de su tarjeta. «Estuve allí tres horas y me fui a casa, así que al día siguiente multiplicas: son dos mujeres por tres horas, 750 euros. Lo asumo. Y de pronto veo que me han cobrado 1.800 euros», apuntó. No sólo eso. La propia sentencia recoge como hechos probados que la condenada «logró hacerse con la clave de su tarjeta de crédito» y que además de los 1.055 euros «no autorizados», «intentó realizar más cargos por importe de 2.585 euros en ocho intentos que resultaron infructuosos». «Primero intentó pasarme 900 euros, y como había llegado al tope de la tarjeta, luego probó con 800, 700…», detalló el denunciante.

Testimonio sin fisuras

Los tribunales fallaron a favor del cliente en base a su testimonio que, «no sólo se ha mantenido en el tiempo, sino que además es fuerte, sin fisuras y lleno de detalles que lo dotan de plena credibilidad», reconoce la sentencia. También han obrado a su favor los extractos de la tarjeta de crédito que muestran «lo absolutamente irracional de los gastos que, según la acusada, fueron realizados por el perjudicado y que se correspondían a servicios reales».

Así, el fallo advierte que tras el primer cargo de 125 euros «reconocido por el perjudicado y correspondiente a una hora de compañía con una señorita», hubo un segundo 19 minutos después y un tercero, menos de diez minutos más tarde. En total, se recogen siete abonos en un plazo de apenas dos horas, algunos por importe de hasta 400 y 640 euros, «correspondientes a una hora con cuatro señoritas», o a «dos horas con dos señoritas, media hora más con otra y consumiciones», tal y como figura en la sentencia. El documento afirma, además, que «carece de sentido que el perjudicado continuara intentando hacer cargos cuando, ni de lejos, había disfrutado de todos los servicios que según la acusada había contratado».

En contra del denunciante, la defensa presentó tres testigos: el marido de la condenada y socio del negocio, el encargado de seguridad y una mujer que trabajaba para A.M.N. La sentencia afirma que «carecen totalmente de credibilidad» debido a su relación con la acusada.

El proceso, que se ha dilatado tres años, arrancó con una queja contra el establecimiento en la Oficina del Consumidor y Turismo. Fue antes de llegar a juicio, cuando el cliente estafado trató de alcanzar sin éxito un acuerdo con los propietarios del local. «En el entorno familiar no puedes contar nada de esto. Hablas con amigos, y el día del juicio estás un poco avergonzado. Encima en la sala eran todo mujeres: la jueza, la fiscal… Pero estuvieron muy prudentes conmigo», agradeció el hombre.

 
 
 

Comentários


  • Facebook Social Icon
  • Twitter Social Icon

Suscríbete y no te

pierdas ninguna noticia

Gracias por visitar esta página

IMG_0437.JPG
tetona quepasaenvizcaya.com
bottom of page