Cae una red de proxenetas nigerianos que sometía a "vudú" a las mujeres
- El Correo
- 29 dic 2016
- 3 Min. de lectura
La mafia nigeriana que explotaba sexualmente a tres mujeres en Bilbao empleaba ceremonias tribales para someterlas, que incluían comer el corazón recién arrancado de un pollo

Captaban a las jóvenes en Nigeria con falsas promesas de trabajo y, tras un peligroso y largo viaje, las explotaban sexualmente en diversas ciudades españolas, entre ellas Bilbao. Las mujeres contraían una deuda de 30.000 euros con la organización mafiosa y, para garantizarse el cobro, les sometían a rituales de 'yuyu-vudu', una ancestral práctica tribal que les ataba con un lazo invisible con sus captores ya que estaban convencidas de que, en caso de romperlo, sus vidas y las de sus familias corrían grave peligro de muerte. Para nueve de estas mujeres, la pesadilla ha terminado tras unas operación de la Policia Nacional que ha permitido detener a 20 de los miembros de la red.
Dos de los arrestos se practicaron en Bilbao, donde también fueron rescatadas tres mujeres, en un operativo desarrollado en colaboración de la Ertzaintza. En los numerosos registros llevados a cabo tanto en la capital vizcaína como en Murcia, Valencia, Alicante y Madrid, los agentes se incautaron de casi 4.000 euros y más de 1.100 libras en efectivo, material informático y, lo más inquietante, diversos objetos para la práctica de ceremonias de 'yuyu-vudú', entre otros mechones de pelo de las propias chicas. En esos siniestros rituales, las víctimas eran obligadas a extraños ritos, que incluían comer el corazón recién arrancado de un pollo y beber whisky.
«Dichas ceremonias sientan la base del ejercicio de control de la organización sobre las víctimas durante todo el tiempo que dura la explotación, ayudando a doblegar su voluntad y garantizando su fidelidad. De este modo, las mujeres se comprometen a pagar la deuda económica que van a contraer y a no denunciar a la organización, amenazadas de muerte en caso de incumplir lo pactado», apuntan fuentes policiales
Los investigadores averiguaron que las víctimas eran captadas en su país de origen, Nigeria, con falsas promesas de un trabajo «digno y bien remunerado» en España en el sector de la limpieza y la hostelería. Entonces comenzaba un largo y peligroso viaje por tierra, que incluía zonas dominadas por el grupo terrorista Boko Haram, hasta llegar a las costas de Libia en compañía de otras víctimas de la misma organización, utilizando documentos falsos. «Durante el trayecto las mujeres eran informadas de la deuda contraída con la organización, en torno a los 30.000 euros, y de que una vez en España deberían ejercer la prostitución hasta saldarla por completo», añaden las mismas fuentes.
Desde Libia, las víctimas embarcaban rumbo a Italia donde normalmente ingresaban en centros de internamiento de los que después escapaban por orden de la organización. Entonces, eran alojadas por algunos de sus miembros en distintas localidades italianas mientras se gestionaba su viaje en avión hasta España.
Una vez aquí, las víctimas se encontraban en una situación de «absoluta dependencia» de sus explotadores, ya que no disponían de ningún tipo de documentación y desconocían la cultura, la legislación y el idioma, además de desconfiar de los procedimientos policiales. «Como no disponían de otros medios de vida que les permitiera salir de dicha situación, se negaban a denunciar su explotación por miedo a sufrir represalias por parte de la organización o a ser expulsadas a su país, lo que las obligaba a continuar ejerciendo la prostitución». Un círculo vicioso que, al menos para estas nueve mujeres, ya se ha roto.
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